sábado, 5 de noviembre de 2011

El poema que Saddam escribió antes de morir


El dictador estaba solo en su celda. Su barba había encanecido, sus hijos estaban muertos y lo esperaba la horca. En esos días finales, Saddam Hussein se volcó a la poesía, que con tanta frecuencia había sido para él fuente de solaz en los momentos difíciles. El poema Libera tu alma es su llamado a la lucha desde la tumba.
Es una mezcla de desafío y reflexión, sin nada de remordimiento. No menciona las miles de vidas que se segaron por orden suya. No expresa culpa ni tristeza ni arrepentimiento. Colmado de las frases floridas que fueron su marca de fábrica, empieza con lo que parece un himno al amor entre él mismo y su pueblo, que estaba a punto de perderlo. Los versos fueron escritos por Saddam tras haber sido sentenciado a muerte y, según su familia, fueron sus últimas palabras por escrito. Una copia manuscrita del poema fue entregada por las autoridades iraquíes a su familia en Tikrit, junto con su última voluntad y testamento, según dijo su primo, Muayed Dhamin al-Hazza. En el poema, Saddam condena a los “lobos” que han causado la ruina de la nación iraquí con la invasión. Se describe a sí mismo como mártir.
Su poesía, como sus discursos, era con frecuencia oscura, llena de alteraciones y difícil de entender, incluso para los hablantes del árabe. Según la prensa, Saddam incluso les regaló muestras de su poesía a sus captores estadounidenses. Los iraquíes familiarizados con su estilo ayudaron a traducir el poema. Fragmentos que hubieran sido ininteligibles en una traducción literal se interpretaron en un sentido amplio en un intento de revelar el significado que quería dar. A continuación, la primera mitad del poema, según fue transcripto por The New York Times a partir de la lectura, por teléfono, que hizo Al-Hazza.
Libérala


Libera tu alma. Libera tu alma. Es la compañera de la mía y tú el amado de mi alma
Ninguna casa podría haber albergado mi corazón como tú lo hiciste
si yo fuera esa casa, tú serías su rocío
Eres la brisa que alivia
tú refrescas mi alma
y nuestro partido Baath florece como una rama que verdea
La medicina no cura al sufriente pero sí la rosa blanca
Los enemigos hacen planes, tienden trampas
y avanzan a pesar de sus defectos
Es un plan de arrogancia y de vacío
que acabará por ser derrotado
lo arruinamos como el óxido devora el hierro
como un pecador consumido por sus pecados
nunca nos sentimos débiles
nuestra moral nos hizo fuertes
Nuestro honorable resiste, el compañero de nuestra alma
los enemigos metieron a la fuerza extraños en nuestro mar
y todo el que los sirve tendrá que llorar por eso
Aquí desnudamos nuestro pecho a los lobos
y no temblaremos ante la bestia
Resistiremos a los retos más difíciles
y los haremos retroceder, si Dios lo quiere
¿Cómo les irá bajo tal presión?
Pueblo mío, jamás te abandonamos
y en las catástrofes, el partido es nuestro líder
Sacrifico mi alma por ti y por nuestra nación
la sangre es barata en los momentos difíciles
Nunca nos arrodillamos ni cedemos en el ataque
pero igual tratamos al enemigo con honor…
Por M. Santora y J. Burns
De The New York Times