lunes, 21 de febrero de 2011

VIOLETTE NOZIÈRES (André Breton)


Todas las cortinas del mundo cerradas sobre tus ojos
Por más que intenten hasta el cansancio
Ante su espejo que detiene el aliento
Tender el arco maldito de la ascendencia y de la descendencia
Ya no te pareces a nadie vivo o muerto
Mitológica hasta la punta de las uñas
Tu prisión es la boya que ellos procuran alcanzar en su sueño
Todos vuelven allí ella los consume
Como se alcanza la fuente de un perfume en la calle
Devanan a escondidas tu itinerario
La bella colegiala del liceo Fénelon que criaba murciélagos en su pupitre
El narciso de las nieves del pizarrón negro
Regresa a la casa familiar donde se abre
Una ventana moral en la noche
Los padres una vez más se sacrifican por su hija
Se han puesto los cubiertos en la mesa de operaciones
El buen hombre para ser más real se ha puesto de negro
Mecánico según dicen de trenes presidenciales
En un país de averías donde el jefe Supremo del Estado
Cuando no viaje a pie por temor a las bicicletas
No tiene nada más urgente que tirar la señal de alarma para ir a divertirse en
.mangas de camisa ante el talud
La excelente mujer ha leído a Corneille en un libro de clase de su hija
Es francesa y lo ha comprendido
Como su apartamento comprende una singular trastienda
Donde misteriosamente brilla una ropa interior
Ella no es de las que esconden riéndose veinte francos en sus medias
El billete de mil cosido en el dobladillo de su falda
Le asegura una rigidez pre-cadavérica
Los vecinos están contentos
Por toda la tierra
Contentos de ser los vecinos
La historia dirá
Que el señor Noziéres era un hombre previsor
No sólo porque había ahorrado ciento sesenta y cinco mil francos
Sino sobre todo porque había escogido para su hija un nombre en cuya
primera parte se podía inferir psicoanalíticamente su programa
La biblioteca de cabecera quiero decir la mesa de noche
Fuera de eso ya no tiene entonces sino un valor ilustrativo
Mi padre olvida a veces que soy su hija
El turbado
Lo que de una vez teme y sueña en traicionarse
Palabras cubiertas como una agonía sobre el musgo
El que dijo haberlas oído de tus labios desafía todo lo que vale la pena de ser
desafiado
Esa especie de coraje es ahora el único
Solo él nos resarce de esta embestida hacia una glorieta de capuchinas
Que ya no existe
Hermosa glorieta semejante a un cráter
Pero qué socorro
Otro hombre a quien hiciste partícipe de tu desamparo
En un lecho un hombre que te había exigido el placer
El don siempre incomparable de la juventud
Recibió tu confidencia entre tus caricias
Cuán oscuro debió ser ese transeúnte
Que solo supo lanzarte una bofetada en la noche blanca
Lo que huías
No podías perderlo sino en los brazos del azar
Que torna tan flotantes los fines de los atardeceres en París que rodean a las
mujeres de miradas de cristal enloquecido
Entregadas al gran deseo anónimo
Al cual hace maravillosa única
Silenciosamente eco
Para nosotros el nombre que tu padre te ha dado y arrebatado
Nos deslizamos donde se posó tu alto tacón de azúcar
Es igual que crean o aparenten no admitirlo
Ante tu sexo alado como una flor de las Catacumbas
Estudiantes viejos periodistas podridos falsos revolucionarios sacerdotes
jueces Abogados vacilantes
Bien saben que allí concluye toda jerarquía
Sin embargo un joven te esperaba enigmático en la terraza de un café
Ese joven que en el Quartier Latin vendía al parecer en sus ratos libres
L'Action FrancaiseDeja de ser mi enemigo porque tú lo amabas
Podríais haber vivido juntos aunque sea tan difícil vivir con su amor
El te escribía al partir Infame querida
Es hermoso aún
Hasta que exista información más amplia el dinero infantil no es sino la espuma
de la ola
Mucho tiempo después las instituciones de caballería y la caballería de los
perros
Violette
La casualidad solo será poéticamente una mujer sola en los bosquecillos
inencontrables del Campo de Marte
Sentada con las piernas en X sobre una silla amarilla

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