domingo, 30 de enero de 2011

Antón y el eco (El borracho y el eco) (Francisco de Añón)



En Noche Oscura y brumosa
tan atontado iba Antón,
que cayó de un tropezón
en la acera resbalosa.

Soltó un feo juramento
diciendo: ¿quién se cayó?
Y en la pared del convento
repercutió el eco: "yo".

- Mientes! Fuí yo quien caí;
y si el casco me rompí
tendré que gastar pelucas...
- Lucas!

- No soy Lucas, voto a Dios!
Vamos a vernos los dos
ahora mismo farfantón.
- Antón!

- Me conoces, eh! tunante?
Pues aguárdate un instante,
conocerás mi navaja...
- Baja!

- Bajaré con mucho gusto
¿Te figuras que me asusto?
Al contrario, más exalto...
- Alto!

- ¿Alto yo? ¿Piensa el osado
que en este pecho esforzado
el valor ya está marchito?
- Chito!

- ¿ Y pretende el insolente
mandar callar a un valiente?
¿Que calle yo? Miserable!
- Hable!

- Hablaré, por vida mía,
hasta que tu lengua impía
con este acero taladre...
- Ladre!

- ¿Ladrar? ¿Soy perro quizás?
¿Dónde, villano do estás
que de esperarte me aburro?
- Burro!

- ¿Burro yo? Insulto extraño
que vengaré a mi amaño.
El momento es oportuno...
- Tuno!

- ¿Dónde está el majadero
que me toma por carnero?
Responde. ¿Dónde se encuentra?
- Entra!

- Sal tu, si no eres cobarde;
y apresúrate que es tarde.
A pie firme aquí te espero.
- Pero!

- No hay pero que valga, flojo!
Sal que ya estoy viendo rojo
y ansío tenerte en frente...
- Ente!

- ¿Pero dónde estás? Repito
que estoy oyendo tu grito
y tu ausencia ya me admira.
- Mira!

- Si, miro; pero qué diablo!
No puedo ver con quien hablo,
pues no aparece ninguno.
- Uno!

- Uno o cien, lo mismo da;
que salga, que salga ya.
Lo aguardo. Aquí me coloco!
- Loco.

- ¿Así te burlas de mi?
¿Quién eres, quién eres, dí?
No me hagas perder la calma.
- Alma!

- Mas si eres un alma en pena,
¿cómo no oigo tu cadena?
Basta de bromas; concluye.
- Huye!

- No tal; no me iré de aquí
sin saber quien me habla así.
Dime siquiera tu nombre.
- Hombre!

- ¿Pero estás vivo o difunto?
Aclara bien este punto,
que a mi ya nada me asombra.
- Sombra!

- Una sombra y la insulté!
Perdóname que tomé
cuatro copas con bizcocho.
- Ocho!

Marchóse Antón al momento
y en casa contó a su esposa
que una sombra pavorosa,
en la acera del convento
le había hablado. Y no era cuento!

8 comentarios:

  1. Gracias Juli, no sabes por cuánto tiempo te he buscado. Bendecida con toda clase de bendiciones.
    www.carasradiantesdemagnolia.blogspot.com

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    1. Hola Magnolia gracias por leer, te invito a mi blog para que leas mis textos más directamente. Revisare el tuyo. Un abrazo.http://letrasyperoratasjulilizcano.blogspot.com/

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    2. Que bonito documento. Fue mi lectura de infancia. Gracias.

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  2. Me lo actuaba mi padre hace ya mucho tiempo. Que hermoso recuerdo!

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  3. Este relato es un hermoso recuerdo de infancia. En las noches de lluvia mi hermana mayor me lo contaba era uno de mis relatos favoritos

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  4. que bonito era nuedtro libro de lectura con mi hermana yo leia y ella era el eco nos reiamos mucho.

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  5. Muy buen relato. Lo leía mucho en la cartilla charry de cuarto año de primaria.

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